Fui a casa de mi hijo y llevé las muestras de las mantas, eligieron la rosada, que es la que me parecía a mí también que quedaría mejor en el cuarto de mi nieta. Debo reconocer que fue una suerte que cuando fui a comprar lana gris y verde se habían acabado, no las necesito! Tendré que ir a comprar más lana rosada la semana que viene.

Mi nieta me preguntó si me siento sola y si quisiera ir a vivir con ellos, propuesta que ya ha hecho varias veces. Pero pensando en donde dormiría yo, nos dimos cuenta que no hay lugar para mí, es que soy muy quisquillosa y no quise dormir ni sobre la alfombra ni en el ropero, así que propuso que me fuera a vivir con ellos y en las noches me vengo a dormir a mi casa.

Siguió nevando y nevando, de a ratos con tormenta de nieve y luego calmo y con copos grandotes. Quizás salga a caminar ya que mi nuca me dejó claro que hoy se toma libre, que no vaya a planificar ni tejer ni sentarme junto a la compu.
Al volver a casa saqué esta foto, es lo que nevó ayer y aquí afuera hicieron el caminito para ir al cuarto de las bicicletas (como ven no todos las guardan ahí, no sé quien querrá salir a andar a bicicleta, está más bien para andar en esquies o trineos:

Estaba muy agradable afuera, no me puse los guantes y si siquiera me abroché la campera, y eso que abajo llevaba una remera mangas tres cuartos, pasada la tormenta daban ganas de quedarse un rato más afuera, aunque estoy segura que si me quedaba afuera no pasaría mucho tiempo y ya sentiría ganas de abrochar la campera y ponerme los guantes.