Cuando no había instituto de metereología se usaban otros métodos para errarle al pronóstico del tiempo. Uno de esos métodos era mirar los árboles de rönnbär (en español capudre, alcapudre, carnabudo y sorbellano).

Según decían los campesinos, si esos árboles tenían muchas frutas sería un invierno de mucha nieve, y otros, supongo que también campesinos, decían que si esos árboles no tenían muchas frutas, sería un invierno con mucha nieve.

Como sea, se aseguraban de que hubiera mucha o poca nieve, los árboles tenían razón. Los de metereología deberían probar algo similar en sus pronósticos: para mañana lluvias o no, para mañana día soleado o no.

Por qué me dió por hablar de ésto que ya comenté hace tiempo, simplemente porque en el jardín de los perros hay varios árboles de rönnbär y están muy cargaditos de frutas, con lo que ya estamos advertidos, este invierno puede ser de mucha nieve, o no.

Ayer fue un día de mucho español, primero fuimos a la casa de Carl Otto donde hablé español con la dueña, aunque al rato entre hablar español y estar atendiendo lo que hacían los perritos terminamos mezclando el sueco con el español, el inglés y algún idioma más.

En la tardecita vino una vecina a que la ayudara con su celular, le habían regalado un celular que venía programado en español, no encontraba como hacer cambio de idioma y las instrucciones venían solamente en español.

Aquí Fransson y Fritiof dejado de uno de esos árboles: