Hago planes y después los cambio, ni sé para qué los hago, quizás para disfrutar la libertad de cambiarlos. Con eso quiero decir que ayer ni terminé el overol ni seguí tejiendo la bufanda, pero hice otro protector de zonas íntimas a Fransson. Tomando en cuenta que se viene el frío (ahora hacen -10, sensación térmica -15), lo hice doble, es decir cosí dos telas juntas, bien abrigadito!

Hace varios años que venía con mis uñas largas, claro que las cortaba o las lijaba para mantenerlas semilargas, no piensen que medían metro y medio o algo así, eran uñas normales, larguitas.

Pero se me habían quebrado algunas y ayer se me ocurrió cortarlas todas cortitas. Inmediatamente me dí cuenta del uso que les daba, eran como pequeñas herramientas que llevaba siempre conmigo.

Cosiendo el velcro al protector se enganchó el hilo en el velcro, quise sacarlo con la yema de los dedos pero no hay caso, las uñas enganchan mejor los hilos que las yemas de los dedos!

Quise abrir una partecita de la cámara, donde se enchufa el cable para pasar las fotos a la compu, y el trabajo que me dió, para abrir eso acostumbraba usar una uña, y lógico que en esa ranurita la yema de mis dedos no podían meterse para abrirla.

Menos mal que las corté ayer y no hace unos días en que se me cayó un vidrio de los lentes cuando iba caminando por el bosque! Por suerte fue antes de que nevara tanto y el vidrio cayó donde casi no había nieve, solamente cantidad de hojas.

De todos modos me costó encontrarlo. Iba caminando y de pronto empecé a ver nublado, llegué a dar unos pasos antes de darme cuenta que veía así porque faltaba un vidrio a los lentes.

Volví para atrás mirando el suelo al tiempo que tapaba un ojo con la mano. Tenía que tapar el ojo del lente sin vidrio, claro si tapaba el otro no vería nada de nada. Ya estaba pensando que tendría que volver a casa a ponerme otros lentes y volver a buscar el vidrio cuando lo encontré.

Por suerte el tornillo no había caído y pude poner el vidrio usando una uña como destornillador (debería llamarse atornillador en este caso). Espero que no vuelva a caerse hasta que me crezcan las uñas.

Ahora sí hay cantidad de nieve, Fransson y yo felices cuando salimos a caminar aunque nos cuesta caminar cuando nos metemos por el bosque, nos vamos hundiendo. Fransson además camina como si fuera una aspiradora, va con la nariz metida en la nieve. Luego queda así: