Me gustó lavar la ropa a las siete de la mañana, ahora estoy lavando de nuevo! Antes mi horario favorito de lavadero era el turno de las diez a la una, es decir cuando ya había desayunado con calma, tendido la cama y había estado un rato junto a la compu.

Estando ocupados los turnos de las diez, elegía el de la una a las cuatro. A otro turno, o sea más tarde, de cuatro a siete o de siete a diez, me anotaba solamente en caso de que ya para salir la única alternativa que me quedaba era envolverme en una cortina o en una frazada.

Pero Fransson me dió vuelta todo, sobre todo la rutina de la mañana me cambió, ya no salto de la cama a la mesa de la cocina, sino que antes tengo que vestirme y salir con él antes de desayunar, por tanto el turno de las siete de la mañana me viene bien, y generalmente está libre, poca gente lo elige.

Ayer cosí una remera a Fransson con lo que me sobró de la tela de la camiseta de mi piyamas, con la que le hice un overol multiuso hace unos días. No andaba con mucho humor de posar pero por lo menos se quedó quieto mientras saqué la foto: