Domingo muy social. En la mañana caminata de más de una hora. Cuando volvimos a casa vino una vecina a ayudarme a cortarle las uñas a Fransson, él que antes no hacía ningún problema, ahora le dió con que no quiere que se las corte, la vecina lo sostiene, yo corto y en un par de minutos está pronto.

Estábamos en eso cuando vino uno de mis hijos a traer la cartera de mi nuera para que le cosiera una tira que se descosió. Luego de coser, seguimos charlando los tres y tocó timbre otra vecina.

Ella pensaba revisar su ropa y quería saber qué tipo de telas me vendría bien para hacerle ropa a Fransson y Fritiof, si es que yo la quería, y por supuesto que la quería. En la tardecita volvió con unas remeras y pantalones que me vendrán muy bien, en estos días empiezo a hacerles algo. Terminé la bufanda, otra azul igual a la que hice hace poquito, estoy terminando el chaleco para mi nieta y luego me dedicaré un poco a la costura.

Hoy me traen a Oden otra vez, será un rato luego del almuerzo. A esa hora más o menos vendrá otra vecina, la dueña de Tindra, a tomar un café y charlar un poco. Es increíble como me ha cambiado la vida este año.

Solamente tuve un descanso de visitas hace un par de semanas en que había hecho una gran limpieza y puse orden en la casa, lógico que teniendo la casa arreglada no viene nadie, pero apenas la desordené, empezaron a caer las visitas otra vez, aclaro que no es que se tropiecen con todas las cosas que tengo desordenadas sino que digo caer en el sentido de que vienen a casa, no sé si se acostumbra decir así en todos lados o es un uruguayismo o rioplatensismo.

Fransson y Fritiof en el jardín de los perros, saqué esta foto hace un par de días: