Otro día de visitas. Hoy vinieron dos vecinas, la de lunes a viernes, que acostumbra traerse un bizcocho que hace con cardemomo en la masa porque le cae bien al estómago, y luego vino la vecina de al lado, que es la de la cabañita.

La vecina de lunes a viernes anda bastante estresada, escribió contrato para nuevo apartamento la semana pasada y ahora tiene varios trámites que hacer. Recibió algunas llamadas en su celular.

En una de las llamadas se fue a hablar en mi cuarto. Mientras, Fransson insistía en subirse al sofá, pero mientras comemos no lo dejo subir. La vecina quería que lo dejara y como le dije que mientras tenemos algo de comida sobre la mesa no quiero que él suba al sofá, dijo de sacar el plato de galletitas y lo llevó a la cocina.

En eso volvió la vecina de lunes a viernes, se sentó, vió un plato vacío sobre la mesa y olvidada de que era el plato donde había estado su bizcocho, fulminó con la mirada a la otra vecina al tiempo que exclamaba: "quien se comió todas las galletitas?!"

La otra vecina y yo no parábamos de reírnos, nos hizo mucha gracia la cara y el tono con que lo dijo. Pobre, pensó que la otra vecina había aprovechado su ausencia momentanea para comerse sola todas las galletitas.

Terminé el sombrero para mi nieto/a, pero tengo dudas de si será realmente para él o ella o si será para mi nieta que ya cumplió los ocho años, o quedará para el verano que viene. Por las dudas empecé otro con aguja e hilo más finitos. No escondí el hilo al terminarlo porque si es varón le destejo la última carrera con las onditas, si es nena quizás le agregue una florcita rosada.

El sombrerito casi terminado, lo terminaré cuando nazca y sepamos qué es: