El sábado se mudó uno de mis hijos. Vinieron a buscar algunas cosas que había dejado en casa cuando se fue a vivir con su novia. Entre ellas el sillón que tenía en el living, muy lindo, muy cómodo pero enorme!

Estaba deseando que se lo llevara, sentía que ocupaba demasiado lugar. Después que se lo llevó sentí que que quedaba un vacío demasiado grande. Ya me puse a pensar como llenarlo.

Después me acostumbré y me dí cuenta que el problema estaba en que todo quedaba amontonado en una esquina, es que el sillón tenía a los demás muebles arrinconados, creo que les impresionaba su tamaño, parecían asustados.

Saqué el candelabro que tenía en la mesita, ese que acostumbro vestir como arbolito de navidad, era alto, grande y negro, puse una chatito, más chico y blanco. Saqué algunos almohadones del sofá, no los de sentarse o de respaldo sino los que tenía de adorno, eran muchos y grandes. Así se fue alivianando ese rincón. Donde estaba el sillón puse dos almohadones grandotes, de esos de poner en el piso.

El sillón tapaba parte de la biblioteca, ya les dije que era enorme. Ahora quedó bien visible, me ví obligada a hacerle limpieza. Estaba aborratada, algunos estantes tenían dos hileras de libros más otros libros arriba de esas hileras, era un caos!

Vacié dos estantes, los peores, separé libros, un montón de libros, que sé o pienso que no volveré a leer, de esos que luego de leídos quedan ahí y no se tocan más que para sacarle el polvo.

Después llamé a dos vecinas y les pregunté si querían libros. Una vino enseguidita, se llevó entre diez y quince libros. La otra vino más tarde, eligió unos veinte libros. Después me preguntó que iba a hacer con los demás y se ofreció a llevarlos a una asociación donde hacen mercados de pulgas y venden libros usados. Se los llevó todos y yo quedé aliviada, me los saqué todos de encima sin tener que salir de casa cargando libros.

También estuve poniendo orden en un mueble, abajo del terrario, donde tengo cassettes y CD.s de música. Ahí hice lugar en un estante donde poner una caja grande en la que tengo los yuyos (hierbas) secas que come mi tortugo y que la tenía en el piso.
En el rincón que tenía el terrario de los geckos, al fin saqué el terrario y ahí dejé la mesita a la que puse una lámpara que dejó mi hijo y un vasito-candelabro.

En resumidas cuentas me pasé la tarde de ayer haciendo arreglos en el living, en la tardecita prendé las velitas que había puesto desparramadas por todo el ambiente, ocho en total, y me senté a disfrutar de mi nuevo y más amplio living.

En esta cajita puse las pulseras que le regalé a la dueña de la tienda de telas, la armé de un papel que ya traía marcado por donde cortarlo y doblarlo, después le pegué las decoraciones: