No tenía nada planificado para ayer, y como sucede cuando no se planifica nada, pasan cosas imprevistas, bueno, también pasan cuando se planifica, quizás por eso se llaman imprevistas.

Hace un par de días en el facebook de una vecina decía que estaba enferma, resfrío, dolor de cabeza, fiebre, le escribí que me dijera si necesitaba algo, siempre y cuando no fuera un millón de coronas, un auto o cosas por el estilo.

Ayer ví que me había contestado: galletitas! Tenía unas cuantas en casa, preparé un par de bolsitas y se las llevé. Cuando volvía me encontré con la dueña de Tindra que ya estaba subiendo las escaleras, iba para casa. Así me deshice de algunas galletitas más, también charlamos un rato.

Cuando estaba por salir en la tarde, recibí un sms de la vecina enferma que preguntaba si iría por el centro, le dije que podía pasar por el centro si necesitaba. Me encargó snus (unas bolsitas de papel finito con tabaco adentro, se ponen entre la encía de arriba y el labio). Pasé por su casa y me dió un papelito con el nombre o marca del que quería.

Llegando al mostrador, saqué un papelito de la cartera para darle a la vendedora, por suerte lo miré primero mientras esperaba, no era el papelito con el nombre del snus sino otro con el número de teléfono del dueño de la perrita con que nos encontramos en el jardín de perros. Saliendo del supermercado me llamó mi hijo que hoy me trae a Oden. Bueno, llegaron y Oden enloquecido de contento, hace días que no venía.

Bailando? pero no había música en el jardín de perros: